miércoles, 28 de marzo de 2012

Huelga general 29-M ¿No sirve para nada?

29M-huelga general
Cartel llamando a la huelga del 29-M
   Uno de  los argumentos más repetidos cuando alguien pregunta a otro si va a secundar la huelga general del 29-M es el de “Yo no, porque no va a servir para nada”. En principio, parece más una justificación que una convicción: si sirviera para algo la haría pero, como no va a servir, no la hago.

   Asumimos que la huelga es contra lo que, generalizando, vamos a llamar “las medidas económicas del Gobierno”. Con todos los matices que en cada caso se puedan buscar, hay tres grandes categorías de  actitudes ante la huelga:

  • No voy a hacer huelga porque no estoy de acuerdo con ella.
  • Sí voy a hacer huelga porque estoy de acuerdo con ella.
  • No la voy a hacer, porque no va a servir para nada.

   De entrada, sólo quien pertenece a la primera categoría estaría en contra de la huelga, es de suponer que porque está a favor de las medidas económicas del Gobierno. Nada que decir sobre este colectivo, puesto que es consecuente con sus ideas. La “batalla” contra este colectivo no es el conflicto laboral, sino el razonamiento y la contienda política.

   De los otros dos grupos, parece claro que ambos creen que este 29-M hay motivos para la huelga, es de suponer que porque están en contra de las medidas económicas del Gobierno.

   Es evidente que la utilidad de la huelga como medida de presión dependerá de cuánta gente la secunde. Un seguimiento masivo podría provocar una recapacitación y, al menos, una retirada vía enmiendas de alguna de las medidas más salvajes introducidas por la reciente reforma laboral. Por el contrario, un seguimiento escaso evidenciaría que la huelga “no servía para nada”.

   Ahí es donde está la trampa: quien no hace huelga porque cree que no va a servir para nada, en realidad está provocando que no sirva para nada. Es decir que, volviendo a las tres grandes categorías de antes, estando de acuerdo con los segundos, están trabajando de hecho para los primeros. O, por decirlo de otra forma, estando en realidad en contra de ciertas medidas económicas, están colaborando, aunque sea indirectamente y por omisión, en su consolidación.



lunes, 19 de marzo de 2012

¿Adiós a las armas?

Exposición y venta (foto: www.sipri.org)

En la poco honrosa clasificación de Estados vendedores de armas, Alemania desbanca a Francia como tercer exportador mundial. Su principal cliente, según una noticia de Efe publicada hoy por varios medios, es un estado pequeño, del sur de Europa, con sus cuentas públicas en bancarrota y al borde del colapso social. ¿Para qué necesita las armas Grecia? ¿Acaso teme una invasión de Macedonia o de Albania? ¿O es que pretende entrar otra vez en conflicto con Turquía? No quiero ni pensar que el ejército griego necesite armas para defenderse de su propio pueblo, eso no se habría visto nunca… ¿o sí? (Túnez, Siria, Libia...)
Socialmente, no es aceptable que compre armas para defenderse de amenazas imaginarias un Estado que acaba de imponer el recorte social más drástico de la historia de la UE, reduciendo el salario mínimo, las pensiones, los sueldos públicos y todas las partidas de gasto social. Pero es que, además, económicamente, es aún más absurdo. Sufragar importaciones con gasto público es como pegar un tiro a tus cuentas nacionales, reduciendo el PIB y aumentando el déficit al mismo tiempo. Y todo ello sin olvidar que tu principal proveedor es quien a su vez te exige reducir el gasto en todo (salvo en eso).
Por lo demás, las cifras del comercio mundial de armas presentan datos nada tranquilizadores. El volumen total del negocio ha crecido un 24% en los últimos 5 años. El máximo importador mundial (India) y el tercero (Pakistán) llevan más de 50 años con tensiones fronterizas, cuando no en guerra latente. El segundo importador es Corea del Sur, también más de 50 años en guerra latente con su vecino del norte. En Oriente Medio y en toda África se producen los incrementos más significativos.
Por último, no quisiera olvidarme dos cosas de las que no habla la noticia. La primera es la "zona cero" del planeta: aunque no aparezca en las estadísticas, la escalada armamentística supongo que también habrá llegado a Irán e Israel, y seguramente para quedarse. Segundo punto olvidado: el mercado negro de armas, cuyas cifras previsiblemente habrán aumentado igual o más que las del comercio oficial, y cuyo objetivo son zonas ya en conflicto.